A destiempo

Revista Muchacha
4 min readApr 3, 2023

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Por Gabriela Orihuela

El embarazo adolescente constituye un problema de salud, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más allá de un desafío económico, psicológico y emocional para muchachas y muchachos que se convierten en madres y padres a destiempo guiados por motivos diversos. A su vez, abortar es otra de las decisiones que muchas adolescentes se ven obligadas a tomar ante el fracaso de la prevención ya sea por desconocimiento u otras causas y, en reiteradas ocasiones, desconocen sus consecuencias.

Al consultar el artículo en su artículo “Embarazo y adolescencia”, conocemos que para las doctoras Daisy Hevia Bernal, profesora consultante, y Leisy Perea Hevia, especialista de II Grado en Imagenología, «el embarazo en la adolescencia es una de las consecuencias del desconocimiento de salud sexual en esta etapa de la vida. La importancia de esto radica en que repercute negativamente sobre la salud de la madre y su hijo». Por tal motivo, resulta indispensable hablar con los y las adolescente sobre el tema desde la familia, la escuela, la comunidad y los medios de comunicación.

Sobre ambos temas — embarazo y aborto — estuvimos conversando en el taller “Embarazo adolescente y aborto” realizado el 11 de marzo en el Husillo el Taller como parte de la campaña de la Federación de Mujeres Cubanas, #QueNoSeRompanTusSueños, la cual acompañamos desde la Editorial de la Mujer.

Sobre el embarazo hablamos de las causas que conducen a adolescentes a llevar a término la gestación; las consecuencias negativas tanto para la madre como para el bebé; los lugares donde pueden buscar ayuda y la importancia de comunicárselo a la familia.

En el caso del aborto, se debatió sobre sus efectos. Asimismo, conversamos sobre los métodos anticonceptivos tan importantes para la prevención de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.

Adolescentes del Husillo reconocieron, en el espacio, que existen una serie de factores que pueden llevar a que una muchacha decida tener un bebé: «miedo al aborto» dijo una adolescente de 15 años; «que tiene apoyo familiar y desea ser mamá», refirió otra persona y «necesidades económicas que obligan a que la muchacha tengo un bebé de un hombre que puede mantenerla», argumentó una tercera muchacha.

Una de las adolescentes que se encontraba en el espacio comentó que «atrapar a un hombre, hacer que se quede y que la mantenga» es otra las razones. Más que una razón es un mito o estereotipo machista que para nada asegura a la pareja, genera amor y respeto y se convierte en un causante de discordia a corto y largo plazo.

Las especialistas anteriormente citadas, en su artículo “Embarazo y adolescencia” (2020) publicado en la Revista Cubana de Pediatría. expresaron que «las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15 a19 años en todo el mundo. Los bebés de madres adolescentes se enfrentan a un riesgo considerablemente superior de morir que los nacidos de mujeres de 20 a 24 años».

Aunque existen otros riesgos del embarazo precoz como nacimiento de infantes con bajo pesos, partos prematuros, posible desarrollo deficiente; toxemia o preclampsia para la madre, anemia, parto prolongado por la estrechez de la pelvis, interrupción de estudios y preparación técnico-profesional, problemas familiares, dificultades en las relaciones con amistades, entre otras. Algunas de estos riesgos fueron identificados por los y las adolescentes.

Sin embargo, la mayoría de las personas participantes creyeron imprescindible el uso de métodos anticonceptivos en estas — y todas — las edades para evitar infecciones de transmisión sexual y, por supuesto, un embarazo no deseado. Entre los métodos más conocidos se encuentran el condón masculino y las pastillas anticonceptivas. Quienes participaron desconocían los dispositivos intrauterinos, la píldora del día después y su uso eficaz y otros métodos hormonales como parches e inyecciones, así como la existencia del condón femenino.

La prevención es la vía idónea para lograr concientizar sobre la problemática y educar en salud sexual y reproductiva. «Lo que sucede es que no sabemos lo que puede ocurrir cuando abortamos y se llega a hacerlo más de una vez; muchas lo usan como método de anticoncepción» (adolescente mujer de 15 años).

¿Sabías que existen dos tipos de aborto? El espontáneo y el inducido. Sobre el espontáneo la persona no tiene control; el inducido es del cual conversamos en el encuentro. En nuestro país contamos con los tres métodos abortivos: el medicamentoso, la regulación menstrual y el legrado. Si numeramos algunas de las consecuencias del aborto, tendríamos que citar la posible perforación del útero, esterilización a largo plazo, infección al dejar restos y que, en futuros embarazos, no se pueda retener el feto.

«Tanto tener al bebé como abortar son decisiones muy importantes en la vida de una persona o pareja y no debieran tenerse siendo adolescentes porque no contamos con las herramientas ni la madurez necesaria para tener a un niño», comunicó uno de los chicos que participó en el taller. Otra de las adolescentes presentes expresó que «es como que una niña esté criando a otra niña».

«Esta decisión debe ser consensuada entre la pareja y familiares, pero el mayor peso lo ha de tener la mujer porque, en esta sociedad, son ellas las que (por estereotipos) tienen la mayor carga en la crianza de los hijos», expuso otro de los partícipes.

Muchacha, muchacho, si bien es cierto que en cualquiera edad concebir y velar por la vida de otro ser humano constituye todo un reto, en la adolescencia la situación es mucho más preocupante, además de las graves emocionales y psicológicas que pueden enfrentar, las chicas se ven expuestas a problemas de salud, al igual que sus hijos o hijas. La etapa de la adolescencia se desdibuja con la adultez a medias, con una responsabilidad que no debía llegar y con grandes incertidumbres del presente y el futuro.

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