¡Abajo el patriarcado se va a caer se va a caer!

¡Abajo el patriarcado se va a caer se va a caer!. ¡Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer! Gritaban intensamente aquel día y se abrazaban para no soltarse. Y es que luchar, desear, y alcanzar la justicia hacen que se muevan mareas. Y la marea verde fue lo que se movió aquel día. El año antes llovió, llovió intensamente, pero allí estuvieron las mujeres argentinas defendiendo su derecho, el derecho a abortar siempre que las ellas lo deseen, y lo lograron al año siguiente.
El aborto en Argentina contaba con las tres causales: cuando la vida de la mujer estaba en peligro, cuando la vida del embrión también y en caso de violación. Pero la realidad a veces no tenía en cuenta ni siquiera estas situaciones.
El 30 de diciembre de 2020 el movimiento feminista en Argentina y el de América Latina y el Caribe obtuvo una victoria, que no solo significaba la posibilidad legal, sino la justicia para aquellas mujeres que abortaron duramente en la clandestinidad y ya no estaban.
Percheros, pastillas, pinchos, caldos, cualquier cosa hicieron las mujeres para abortar, porque no se puede entender la desesperación de las situaciones ajenas si no las has vivido en carne propia. Solo queda acompañar y ser empática. Y sobre todo resistir y pelearla para que todas podamos disfrutar de ese derecho. Nadie puede obligarnos a parir.
El aborto en Argentina fue resultado de muchas mujeres que a título individual, pero también colectivo salían a las calles, se armaron de discursos y protestas, del saber que no hay nada que perder cuando de justicia se trata.
Y no solamente pedían el aborto, sino también una educación sexual integral. Y ganaron. En el Senado donde fue aprobado y en la revolución en las calles.
¡Que el deseo sea ley!; ¡Aborto legal seguro y gratuito! Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir!; La maternidad será deseada o no será…. fueron algunas de las consignas más emblemáticas.