Arte funerario judío en Cuba… y esa necesidad de buscar historia en todo

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Por Lissy Villar Muñoz

Hay trabajos por encargo como se dice. Esos trabajos nos cuestan más, quizás por no ser espontáneos. Pero aseguro que aunque este contó con esa pizca de encargo, encontré en la entrevistada una empatía inmediata. No nos conocemos, la pandemia y los impedimentos diarios no lo han permitido. El teléfono ha servido como puente para comunicarnos y estrechar la sororidad.

Jessica María Teuma Sands es licenciada del Colegio Universitario de San Gerónimo en la carrera de Preservación y Gestión del Patrimonio Histórico Cultural. Su tesis de grado se basó en el arte funerario judío. Cementerios judíos de La Habana: valores patrimoniales, fue su título. Sobre estas nociones de vida y de profesión Jessica comparte impresiones con la revista Mujeres.

JM: “La carrera se llama Preservación y gestión del patrimonio histórico cultural. Curso para trabajadores en la modalidad de Cursos por encuentro. En el antiguo plan de estudio, el llamado plan D en quinto año nos dividíamos por perfil de estudio: gestión urbana, gestión sociocultural, arqueología y museología. Con menos de cinco estudiantes no abría el perfil. En mi año solo abrió gestión sociocultural y arqueología. Yo escogí gestión sociocultural. En esa carrera te gradúas como gestora del patrimonio aunque hayas escogido en quinto año el perfil de gestora sociocultural”.

¿Por qué investigar sobre arte funerario judío?

JT: Me llama la atención todo lo relacionado con patrimonio funerario. Me hablaron de una tesis sobre las aldabas en el cementerio de Colón y ahí surgió esa inquietud por conocer más sobre lo funerario. Con una de las tutoras de mi tesis de investigación llegamos a la conclusión de que el cementerio de Colón ha sido muy estudiado. Otro profesor del Colegio me sugirió abordar los cementerios judíos que se encuentran en La Habana, específicamente en el municipio Guanabacoa.

No los conocía. A medida que fui investigando, acercándome a la bibliografía despertaba el interés en el patrimonio judío, y lo funerario específicamente.

¿Cómo se relaciona el arte funerario judío con tu carrera?

JT: La carrera se llama Preservación y gestión del patrimonio histórico cultural. Todo lo que integra el arte funerario judío tanto material como inmaterial forma parte del patrimonio hebreo que se encuentra en nuestro país. Es una representación de una cultura con sus tradiciones, ceremonias y ritos funerarios específicos y es parte indispensable del patrimonio cubano. Que debe ser reservado.

¿Por qué se considera patrimonio a los elementos funerarios?

JT: Debemos verlo como un todo. Son espacios y lugares que contienen y protegen la historia junto a los valores que tienen. Son reflejo de una época histórica, simbolizan el ciclo de la vida humana, forman parte de la construcción de la vida. En dependencia de cada cultura, civilización o religión, el lugar de enterrar a las personas, las ceremonias, cómo se hace.

Una vez que los hebreos se asentaban en algún lugar por tiempo indefinido lo primero que hacían después de construir la sinagoga, edificaban el cementerio.

¿Qué elementos rescatarías de tu investigación que no pueden dejar de mencionarse?

JT: Independiente a que la rescataría toda (hubo risas conspiratorias al respecto) lo más importante es la parte que hablo de los dos cementerios judíos que se encuentran en La Habana, donde realizo una caracterización y diagnóstico sobre ellos, teniendo en cuenta todos los detalles. Hablo de los valores patrimoniales que tienen esos cementerios apoyándome en las diferentes leyes que existen en cuanto al patrimonio, lo que establece la Ley de Monumento, la Red Iberoamericana de Cementerios. Detallé cada valor que tienen los cementerios.

¿Las mujeres cómo se destacan en las tradiciones funerarias judías?

JT: A la hora de reconocer las tumbas donde aparece la menorá, que es el candelabro, de siete brazos es generalmente en las tumbas de mujeres. Porque es un símbolo que sirve de recordatorio para encender las velas y bendecir el chabat. El chabat es una celebración que se hace de viernes a sábado a partir de las 6pm hasta el sábado a misma hora. Todos los viernes se realiza. Es un hecho muy importante en la vida judía y quien se dedica a encender la menorá en esa ceremonia es la mujer.

La menorá es uno de los símbolos que representa el pueblo judío desde la antigüedad.

No hay actividades funerarias judías donde las mujeres tienen un desempeño específico y los hombres otros.

¿Qué carrera quisiste estudiar siempre y cuál fue la que cogiste?

JT: Desde pequeña quise estudiar Veterinaria porque me apasionan los animales. Creo que soy sentimental y esa carrera demanda practicidad para enfrentar ciertas situaciones. Cuando terminé el preuniversitario me dieron Estomatología. Traté de esforzarme, pero no me gustó.

Me hablaron de la Escuela Taller en la Habana Vieja, en el Centro Histórico de la ciudad. Fui e hice las pruebas de ingreso. El título que te otorga es de obrera calificada. Pasé los dos años de la escuela Taller en restauración de pinturas murales. Me gustó mucho. Durante ese período me informaron el Colegio San Gerónimo, que es la universidad, y comencé a trabajar en la ubicación que nos facilitaron en la Escuela taller como restauradora.

Tengo una hermana que comenzó a estudiar en San Gerónimo antes que yo. Ella estudiaba con sus amistades de la escuela y empecé a interesarme en lo que ellas estaban estudiando. Yo quería conocer sobre eso que ellas estaban aprendiendo. Visité una clase y me quedé enamorada de lo que se impartía ahí. Le dije al profesor que impartió la clase que yo iba a ser su alumna el próximo año. Y así fue.

¿Qué le aporta a tu vida cotidiana la carrera que estudiaste?

JT: Comienzas a ver todo lo que te rodea desde otra perspectiva, buscando siempre la historia en lo que antes podía haber sido insignificante, adquiere otra dimensión. Se vuelve como una manía. Llegas a un lugar desconocido para ti y lo primero que suelo hacer es empezar a preguntar sobre la historia de ese sitio. Y eso es uno de los elementos que la carrera me aportó.

¿Cómo crees que se participa y se construye un país a partir de la carrera que estudiaste?

JT: La carrera contribuye directamente a la conservación del patrimonio en Cuba, partiendo del estudio de la historia como proceso imprescindible lo que posibilita el reconocimiento de la identidad. Lo que nos identifica como cubanas, cubanos; sea desde el patrimonio material o inmaterial, puede ser una tradición, un inmueble. Esto crea sentido de pertenencia, y frecuentemente se convierte el patrimonio en un producto turístico y cultural. Esto pudiera generar empleos y aporta a la economía del país.

Quienes estudiamos esta carrera y trabajamos directamente con el patrimonio abogamos porque se difunda y se preserve tanto en Cuba como en el mundo.

¿Cómo crees que se pueda perfeccionar la carrera?

JT: En cuanto a lo referente a las asignaturas incluiría arte sacro. Antiguamente el mecenas del arte era la Iglesia y lo primero que se ha estudiado en cuanto a arte son las pinturas, las esculturas y todo tiene que ver con la cuestión religiosa. Yo incluiría este perfil y además fusionaría algunas asignaturas.