Cuando ellas eran muchachas: “La inmensidad de la Sierra nos cubre”.

Revista Muchacha
2 min readApr 7, 2021

Basado en anécdotas reales[i]

Por Lirians Gordillo Piña
(Publicado en Revista muchacha 1 de 2015)

Vilma Lucila Espín Guillois

¡So mula! Tienen que tener cuidado porque el trillo se pone pantanoso más adelante alerta Débora.

Ella se conoce cada resquicio del camino, creo que hasta las plantas, los animales y alimañas que hacen suya la noche la saludan al paso. Va callada, como pensando en las próximas horas, días, meses.

Clodomira Acosta Ferrales

Solo “Clodo[ii] habla en susurros. A esa hora el monte es como un gran megáfono y su risa contagiosa podría escucharse a leguas de distancia. Pero esta noche toda la inmensidad de la Sierra nos cubre, y debo reconocerlo, la paz de Débora es como la firma de un pacto protector entre esta Tierra y sus hijas rebeldes.

Tenemos que bajar de la mula, esa pendiente es peligrosa y no podemos perder la carga por ningún motivo — nos ordena de pronto. Ella es la líder, aunque tenga poco más de veinte años; aquí la edad no importa, solo lo que hay por hacer.

La casa de la arrocera es una lucecita que crece a cada paso.

Nos reciben con todo y máquina de coser. Débora[iii] no descansa, ya está cociendo las cargadoras, ese enorme delantal que cubren nuestras sayas plisadas.

¿Cómo me veo? Este será el último grito de la moda. ¡Vamos a prenderle fuego a Santiago de Cuba! — jaranea Clodo mientras se pone la saya sobre el gran delantal que lleva escondidas las municiones.

¡Ahora somos unas flaquitas con 40 libras de más! — digo yo, mientras sujeto a mi cintura el pesado fardo.

¡Vamos que el carro para Santiago ya llegó! — dice ella, Débora.

Y nos vamos.

[i] Quien narra la historia puede ser una de las tantas muchachas que en los años de la insurrección subieron y bajaron la Sierra Maestra, hoy puede ser tu abuela o tu vecina… La que te pregunta “¿mijita que tal la escuela, el trabajo, el novio?” y no puedes imaginar las historias que esconde.
Este texto se inspira en una anécdota del libro “Vilma Espín. El fuego de la libertad” publicado por la Editorial de la Mujer.

[ii] Clodo es la abreviatura de Clodomira Acosta, quien tendría poco más de 18 años en aquella época.

[iii] Débora es Vilma Espín con aproximadamente 24 años.

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