Cuando ellas eran Muchachas: Rosa Elena Simeón

Revista Muchacha
5 min readMay 10, 2021

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Por Lirians Gordillo Piña

Rosa Elena amó entrañablemente a Cuba y a Fidel.

Aquella noche Rosa Elena tuvo un sueño. Marie Curie trajinaba en su laboratorio y apuntaba al­gunas notas y fórmulas en una pizarra. Fechas, nom­bres y frases se mezclaban; solo se podían distinguir palabras como fiebre y epidemia. La muchacha se despertó de un sobresalto cuando la Curie se volteó y hablándole con un pequeño cerdo en brazos le espetó «!Despierta Elenita, se te avecina una Revolución!».

Al abrir los ojos vio a su madre desperezándola, de­bía ir a la escuela. Durante el desayuno la joven de 15 años le contó aquel sueño tan raro. Siempre que soña­ba con alguna científica algo importante pasaba. Era su madre quien le había inculcado aquella curiosidad por las mujeres científicas.

Marie Curie, la física y química que descubrió el radio y contribuyó a la aplicación de la radiación en el campo de los rayos x, era la preferida de Juana Rosa Negrín. Como farmacéutica, se identificaba con todas aquellas que por siglos dejaron su huella en las ciencias.

A Elenita, le habló de Hipatia de Alejandría (Egipto, 370–416), la primera mujer que hizo una contribución sustancial al desarrollo de las matemáticas.
Despertó su curiosidad por Amalie Emmy Noether a quien Albert Einstein consideraba como la mujer más importante en la historia de las matemáticas. Y la año­ranza por la medicina hizo presente en las conversacio­nes y literatura que le presentaba a su hija a Elizabeth Garrett Anderson, la primera mujer inglesa en obtener un título médico en 1865, y que fundó la primera es­cuela médica inglesa para instruir a mujeres, la London School of Medicine for Women, en 1874.

Marie Curie compió muchos moldes en una época en la que la figura de la mujer pasaba desapercibida en la inmensa mayoría de los ámbitos de la vida, mucho más en el campo de la ciencia​.

Pero la preferida era la química y física polaca Marie Salomea Skłodowska Curie(1867–1934), más conocida por el apellido de su esposo como Marie Curie. La pri­mera mujer en ganar el Premio Novel, y hacerlo en dos ocaciones en Física (1903) y en Química (1911).

“Escucha a Marie, aprende de ella y de las otras cien­tíficas, mujeres muy sabias que se abrieron paso y le han dejado a la humanidad importantísimos hallaz­gos”, siempre le decía su madre Juana Rosa Negrín no lloró cuando vio partir a Rosa Elena rumbo a la “beca en La Habana”; no necesitó convencer al Señor Simeón de que “era lo mejor para la niña” al fin de cuentas el tabaquero sabía lo importante que era la educación para una mujer y no reparó nunca en sus responsabili­dades como farmacéutica ni dejó que los prejuicios de un “pueblo de campo” como Bejucal frenaran la exce­lente formación de Rosa Elena. Ambos habían coinci­dido en que siempre apoyarían el potencial de su hija, su inteligencia natural, su pasión por la naturaleza y su interés por aprender. Por eso la adolescente no tuvo conflictos cuando dijo que sí, que iría a estudiar a la capital. “Aprovecha los buenos tiempos que trae la Revolución hija”, le dijo su madre a través de la venta­nilla del ómnibus. Entonces ambas se echaron a reír. ¿A eso se refería Marie Curie en el sueño?

Según consta en una síntesis biográfica de Rosa Ele­na publicada en el sitio web redciencia.cu, durante esta etapa sus investigaciones se centraban en los problemas relacionados con la absorción viral y la propagación de los virus y realizaba también estudios en instituciones científicas de otros países, entre ellos el Instituto Pasteur y la Escuela de Veterinaria D´Al­fort, en Francia. Viajó, además, a Canadá, Jamaica y Perú para desarrollar otras investigaciones.

Muy significativa fue la participación de esta cien­tífica en la dirección de la dura batalla contra la in­troducción y diseminación de las epidemias de fiebre porcina en Cuba, ocurridas durante los años 1971 y 1980, que causaron grandes pérdidas en la población porcina del país.

MOMENTOS DE LA VIDA DE ROSA ELENA:

1966 (23 años): Se gradúa de licenciatura en medicina en la Universidad de La Habana. Al terminar sus estudios fue ubicada en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), primera institución dedicada a desarrollar estudios de alto nivel.

1968 (25 años): De acuerdo a la necesidad de desarrollar el sector agropecuario cambia su perfil profesional hacia la veterinaria y comienza a laborar en el Centro de Sanidad Animal (CENSA) de Virología del CNIC y se le asignó la tarea de asesorar el Departamento de Virología animal.

1969 (26 años): Es nombrada jefa del Departamento

1970 (27 años): La nombran directora del Departamento de Microbiología de dicha institución.

1975 (32 años): Defendió exitosamente su doctorado en Medicina Veterinaria y fue nombrada directora del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), donde realizó y dirigió múltiples investigaciones y estudios para prevenir y tratar las enfermedades en plantas y animales.

1985 (42 años): Primera mujer en presidir la Academia de Ciencias de Cuba.

1994 (51 años): Fundadora y primera Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, (CITMA).

Reconocimientos y condecoraciones

» Heroína Nacional del Trabajo de la República de Cuba.

» Orden “Carlos J. Finlay” que entrega

» Orden “Lázaro Peña”.» Orden “Mariana Grajales”.

» Miembro de Honor de la Academia de Ciencia de Cuba.

» Premio Nacional de Medio Ambiente

» Las Naciones Unidas otorgó póstumamente a la científica y ministra cubana el premio Campeones de la Tierra 2006. El lauro distingue el trabajo de Rosa Elena y “su pasión por el medio ambiente”.

Sobre el acceso de las mujeres en la ciencia y específicamente en puestos de dirección, dijo:

“Cuando una mujer ocupa un puesto de liderazgo, ella misma contribuye a la propuesta y promoción de otras (…). Las mujeres somos más creativas, pues crecemos ante conflictos y retos que nos impone el mismo medio social, y por tanto desarrollamos más recursos de supervivencia para abrirnos espacios y caminos en la vida científica” (Rosmely Alvariño Alvarez, De ciencia y de mujer publicado en la revista digital cubahora.cu)

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