El lente violeta

Suffragette: en el principio, hubo una mujer insumisa

Por Lari Perez Rodriguez

Si nos diéramos a la tarea de realizar un recorrido por la historia del cine, notaríamos que este ha mostrado poco (o nulo) interés por las luchas femeninas. Dicho “olvido” resulta “curioso”, considerando que fue una mujer, Alice Guy, quien dirigiera la primera película narrativa de la historia. Para los tempranos años de 1906, Guy estrenó Les Résultats du féminisme (Los resultados del feminismo), una comedia que muestra cómo sería el mundo si mujeres y hombres intercambiaran sus roles cotidianos. Como era de esperar, al final los hombres se rebelan y retoman el poder. Todo vuelve a la normalidad. Siempre que veo la cinta, terminan invadiéndome múltiples interrogantes: ¿Estaba Alice Guy a favor, o en contra del movimiento Sufragista? ¿Qué pretendía generar en las mujeres espectadoras de este film? Es evidente que nunca podré dar a mis preguntas respuestas certeras, pero lo que sí no podemos negar es que muchas espectadoras de 1906 debieron sentirse identificadas con los varones maltratados. Y si para ellos estaba bien tomar el poder, incluso por la fuerza, ¿por qué razón no estaría bien para las mujeres?

Si el film de Alice Guy puede resultarnos hoy ambiguo, al menos esa ambigüedad invita al análisis. Lamentablemente, no podemos decir lo mismo de obras posteriores. Abundan cintas en las que las sufragistas aparecen en los momentos más inesperados, para añadir “locura” a la narración. Tal es el caso del personaje encarnado por Natalie Wood en The Great Race (La carrera del siglo), o en la adaptación que se hiciera en 1985 a la novela de Henry James, The Bostonians (Las Bostonianas). Más que representar, el séptimo arte comenzó a legitimar el estereotipo de la sufragista fanática y tonta. En otras palabras, se utilizó para desinformar y restar valor a las luchas de las mujeres.

Es en fechas recientes que el sufragismo encuentra una expresión positiva en la pantalla grande. Ejemplo de ello constituye el documental de Michèle Dominici Les Suffragettes, ni paillassons, ni prostituées, estrenado en el año 2011. Asimismo, en 1974 pudimos disfrutar de Notorious Woman, miniserie de siete capítulos, en la cual el director anglopakistaní Waris Hussein recrea la familia de sufragistas presidida por Emmeline Pankhurst.

La propuesta de hoy

Indudablemente, si una película reivindica la importancia de las luchas libradas por mujeres, es la británica Suffragette (Las Sufragistas), estrenada en el año 2015. Con dirección de Sarah Gavron (Brik Lane) y guión de Abi Morgan (The Hour, Shame), la cinta revive las actividades de las primeras participantes en el movimiento británico a favor del sufragio femenino.

En ella, Gavron renuncia al ya conocido canto a las grandes figuras, y decide centrar su atención en una masa desconocida y plural. Para ello, en los primeros minutos de metraje nos presentará a Maud Watts (Carey Mulligan), una limpiadora que trabaja, al igual que todas las de su clase social, en condiciones inhumanas y humillantes. Su esposo también ocupa un puesto en la lavandería, pero su labor es menos exigente y su salario más alto. La explicación es sencilla: ella es una mujer.

Como muchas, Maud no cuestiona su realidad. No tiene tiempo de hacerlo. Ha trabajado en el mismo lugar desde que era una niña, al igual que su madre. Es explotada, tanto por su empleador, como por Sonny (Ben Whishaw), su marido. Sin embargo, su percepción comienza a mutar cuando se ve arrojada de improviso en el movimiento sufragista.

La película también cuenta con las actuaciones estelares de Helena Bonham Carter, en el papel de la farmacéutica Edith Ellys, y de Meryl Streep, quien interpreta a una fugaz e icónica Emmeline Pankhurst.

Suffragette describe cómo se tejen los hilos del liderazgo. En tiempos de represión, violencia y persecuciones, el compromiso de cada una de las mujeres era (es) imprescindible. El film habla de sororidad y de amor a una causa. Y de una lucha que funcionó porque se movía y no se quedaba en palabras. Ellas cortaron cables de telégrafo, volaron buzones de correos, atacaron propiedades, hicieron huelgas de hambre cuando las encarcelaban, y alguna llegó a perder la vida. ¡Todo ello por la igualdad!