El sexting… más que un coqueteo virtual (+Video)

Por Lirians Gordillo
Fotos: Internet

Aunque la mayoría puede no conocer su significado, es una práctica extendida a nivel in­ternacional y en Cuba, a pesar de las dificultades tecnológicas, tam­bién puede formar parte del «co­queteo virtual».

Sexting es el nombre que se le da al intercambio erótico a tra­vés de las redes sociales, mensa­jería móvil y correo electrónico. Según la bibliografía científica, se define como:

«El envío, recepción o reenvío de mensajes sexualmente explícitos o de imágenes digitales — del remi­tente o de otras personas- dónde se encuentra desnudo/a, parcial­mente desnudo/a o sexualmente sugerentes, a través de un teléfono celular, email, o internet».

Algunos estudios apuntan que entre los principales motivos para sextear, las y los adolescentes refie­ren su utilidad como una forma de contacto sexual con su pareja o un modo de seducción.

Pero, UNA VEZ QUE COMPAR­TES… tus palabras, imágenes y vi­deos quedan en otras manos. Un peligro reconocido es la posibilidad de que estas imágenes se compar­tan con otras personas y una vez en la red, se vuelvan virales.

A veces esas imágenes nacen como una exigencia, enmascarada en «una prueba de amor». No pocas historias muestran a muchachas que a «petición» de sus novios o enamo­rados se exponen, no siempre con­vencidas de lo que hacen.

El sexting debe ocurrir en un cli­ma y vínculo de confianza, puede ser un hecho placentero para am­bas partes y dejar una sensación y recuerdos agradables. Pero no te­nemos garantía de que estas aspi­raciones se cumplan.

Incluso, años después de termi­nadas las relaciones, se han dado casos de que imágenes con con­tenido erótico o sexual se han uti­lizado para el acoso en las redes sociales.

La cultura machista en la que aún vivimos impone que la mayo­ría de las víctimas sean muchachas y mujeres.

Según el sitio Pantallas amigas se llama sextorsión al chantaje en el que alguien (menor o mayor de edad) utiliza fotografías o videos de contenido sexual para obtener algo de la víctima, amenazando con su publicación.

Se trata de contar con la ma­yor información posible, proteger nuestra intimidad y nuestra inte­gridad psicológica y física. PIENSA ANTES DE COMPARTIR.