Enfrentar el adultocentrismo

Revista Muchacha
3 min readJul 18, 2024

Por Mariam Alejandra Vega Cruz y Gabriela Orihuela

Las típicas frases de «tú haces lo que yo diga y punto», «cuando los adultos hablan los niños (o las niñas) no opinan» o aquellas anécdotas de sopapos y chancletas lanzadas por el aire ante alguna repuesta mal recibida, forman parte del adultocentrismo, el cual, ubica a los niños, niñas y adolescentes (NNA) en una posición de inferioridad frente a las personas adultas. Adultos y adultas representan, entonces, el poder y la autoridad.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), definió el adultocentrismo o adultismo como: «cualquier comportamiento, acción o lenguaje que limita o pone en duda las capacidades en los niños, niñas y adolescentes por el hecho de tener menos años de vida».

Pudiera traducirse en el otorgamiento de toda la decisión y razón en el/la adulto/a, quien, a su vez, no reconoce al infante o adolescente como su igual. Hecho que evoca a una relación de poder donde, en múltiples casos, NNA sienten invalidadas sus opiniones o dudan de su capacidad de obrar y vincular pensamientos por sí mismos/as.

Los NNA experimentan el adultocentrismo de muchas maneras diferentes: como falta de respeto, desprecio, degradación, devaluación, imputación, estigmatización, apropiación, prepotencia, discriminación, marginación, exclusión o, incluso, castigo. A veces, dichos sentimientos nacen de la violencia directa o indirecta. La fina línea que divide estos comportamientos como castigos físicos o humillaciones y abuso, alerta a tomar conciencia a nivel social, sobre la importancia del respeto y el afecto.

Recuerda que tus opiniones sí son importantes y deben ser escuchadas por las personas adultas que te rodean. Tomada de Internet

El adultocentrismo invade todos los espacios en los que NNA interactúan, creando una barrera de comunicación entre ellos/as y el «mundo adulto» que los rodea. Lo hemos naturalizado a tal punto que casi nunca luchamos contra él.

La descalificación de los hechos y sentimientos de los/as infantes y adolescentes genera personas adultas, en los casos más leves, con heridas emocionales o inseguridades.

Los NNA se enfrentan al adultocentrismo de formas completamente diferentes porque, como sabemos, cada persona es única y responde de manera distinta. En algunas ocasiones, conduce a la inseguridad, la impotencia y el autodesprecio, en otras, a la frustración, la ira y la resistencia. Pero hay quienes renuncian, se callan o transmiten el dolor que experimentan a personas más débiles.

Las nuevas crianzas o las llamadas crianzas respetuosas parecen ser la respuesta más efectiva ante este problema; de igual forma, incorpora la empatía y comprensión por parte del adulto/a e intercambia el autoritarismo por negociación. A su vez, niños, niñas y adolescentes crecen con mayor inteligencia emocional y respeto hacia los demás y su entorno.

Desde que se adoptó la Convención de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre los Derechos del Niño (CDN) — y la niña — , en 1989, pudiéramos expresar que los derechos de las niñeces han pasado a formar parte de la realidad tangible, sin embargo, ¿estos derechos siempre se cumplen? La respuesta ya es sabida, «no». La existencia de normas no impide que sucedan hechos atroces como maltratos, dejaciones, abusos, discriminación, violencias.

El adultocentrismo puede invadir todos los espacios. Tomada de revista Cámara.

La autonomía progresiva de NNA— planteada en Cuba a través del recién aprobado Código de las Familias (2022) —es muestra de los esfuerzos, desde la legalidad y la visión social, por eliminar el adultocentrismo y, a la par, crear conciencia de la importancia de escuchar, dar participación y creer en dichos grupos etarios.

Muchacha, muchacho, recuerda que tus opiniones sí son importantes y deben ser escuchadas por las personas adultas que te rodean. Conocer del adultocentrismo es el primer paso para denunciarlo y exigir nuestros derechos. No permitas que te silencien, invaliden o no tomen en cuenta tus ideas; la comunicación, el respeto, la sinceridad serán siempre los mejores caminos y propuestas para lograr una armonía tanto fuera como dentro del hogar.

*Para este artículo se consultó el texto «Contrarrestar el adultocentrismo. Sobre niñez, participación política y justicia intergeneracional» de Liebel Manfred en: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22362022000100004#aff1.

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