Inseguridades y “belleza”

Por Gabriela Orihuela

Un concurso de belleza cubano alaba los cuerpos — como la totalidad de esos eventos — y se olvida que ese acto también es un concurso de privilegios, de superficialidad.

Ronald de 14 años sabe que no podrá, ni en sus sueños, ganar un concurso así, a él no le basta su inteligencia y amabilidad; asegura que debe estar en forma para ser amado. Laura, una adolescente obesa, pasa la publicación de Facebook creyéndose fea y un poco más insegura. Rachel es muy bajita y su nariz muy ancha, su cuerpo no se parece al de las modelos que no dejan de postear en redes sociales. A todas las personas nos han vendido una imagen estereotipada de cómo debemos ser y cómo debemos comportarnos. Un patrón, en muchas ocasiones, inalcanzable.

La sociedad nos ha hecho creer que el éxito está en colores, en formas, en pieles, en tipos de cabellos, en la delgadez para las mujeres y en los músculos para los hombres, por solo citar algunos ejemplos. La persona que rompa la norma — es decir, quienes no tengan cuerpos normativos — pueden sufrir consecuencias.

Los estereotipos de belleza presentes en los grandes medios de comunicación o en redes sociales influyen negativamente sobre la autoestima, la identidad y posición social de las niñas y los niños.

Ángela Díaz Cubela, psicóloga de profesión que laboró en el Centro de Diagnóstico y Orientación del Municipio Playa, razonó que «la autoestima parte de la autoevaluación que hacemos a raíz de la percepción que tenemos de nosotros». Precisamente, la autoestima se forma de esa autopercepción y autorrepresentación adquirida con el contacto diario con las otras personas y con la sociedad en general.

Yarisa Domínguez Ayllón, especialista de Pediatría, Máster en Nutrición en Salud Pública y profesora e investigadora auxiliar, trabaja como Jefa del Departamento de Nutrición Comunitaria del Centro de Nutrición e Higiene de los alimentos del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiologia y Microbiología y expuso que «el principal problema nutricional que afecta a la población infanto juvenil en Cuba es el sobrepeso y obesidad, en la III Encuesta de factores de riesgo las cifras de obesidad fue de 41.2 % para el sexo masculino, mientras que el femenino es de 48.3 %; la obesidad global asciende a 43.8 %».

Asimismo, explicó que los patrones de belleza asociados a las culturales occidentales comienzan a influir fundamentalmente en la segunda adolescencia, primero en las niñas y después en los varones. Alrededor de los 12 a 15 «comienzan a querer estilizarse». Para ese momento, se proponen dietas inadecuadas, comienzan a practicar ejercicios de forma descontrolada y consumen sustancias perjudiciales para su organismo. «Debemos tener presente que muchas veces existe una incorrecta percepción de la imagen corporal», apuntó la doctora.

Los cánones de belleza occidental, el prototipo de “mujer y/o hombre ideal” que circula en las redes sociales, películas, novelas y hasta en dibujos animados denotan el patrón de cómo desean lucir niñas, niños y adolescentes. En el logro de ese objetivo la salud — tanto física como mental — se ve afectada.

Muchacha, muchacho, piensa que lo externo no es lo fundamental, no dejes que las apariencias guíen tu vida; hay aspectos más importantes para las personas como los valores, la preparación, la educación …Ámate tal y como eres. Si deseas hacer algunos cambios físicos, hazlo por ti y busca ayuda profesional de necesitarse, no por lo que dicta una foto o un concurso de belleza. ¡Cuida tu cuerpo y tu mente!