Más que un día para erradicar la discriminación
Zaida Fabars Abreu
La discriminación racial lacera nuestros derechos como individuos, y a día de hoy protagoniza los más diversos escenarios, provocando segregación, humillación y violencia.
Hoy hace 57 años fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución A/RES/2142(XXl) el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial una fecha que nos convida a la reflexión pero sobre todo nos convoca a erradicar desde nuestra posición cualquier manifestación de discriminación por motivo de raza.
Este día tuvo su origen en el año 1960, en Sharpeville, Sudáfrica. Con la victoria del partido ultraconservador en las elecciones de 1948, en Sudáfrica comenzó un período de privación de los derechos más esenciales para toda la población negra del país. Una de esas medidas polémicas fue la obligatoria adopción de un pase que todo ciudadano negro debía poseer con el objetivo de controlar sus desplazamientos. En marzo de 1960 en Sharpeville se vivió una multitudinaria protesta pacífica protagonizada por la población negra que se negaba a llevar esos pases. La policía en respuesta a este acontecimiento abrió fuego y cobró la vida a 69 personas y dejó heridas a 180.
En honor a las víctimas de este lamentable suceso la comunidad internacional se hizo eco de lo ocurrido y declaró el 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.
Luchar contra la discriminación racial es una batalla que equivale a respetar nuestros derechos y valores incuestionables como el respeto, la igualdad y la solidaridad entre los seres humanos. El trabajo debe ser contante, desde la educación se debe fomentar el respeto a la diversidad y el respeto a cada persona de manera general.
Un color no puede definirnos. Nuestro compromiso de poner fin a la discriminación racial y de hacer realidad un mundo de justicia e igualdad es tarea de orden, hoy, mañana y siempre.