Mi Diario: relaciones a distancia

Revista Muchacha
2 min readNov 20, 2023

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Querido Diario:

Hoy hace un año, justamente un año, de la despedida. Ese abrazo interminable y la promesa de volver a encontrarnos. Han sido 12 meses difíciles, de pruebas, de cuestionamientos: ¿por qué la distancia nos separa de las personas que más queremos?

Jorge y yo llevamos dos años de relación, nos conocimos en el preuniversitario; disfrutamos juntos de las cosas más simples de la vida: tomar un helado, ver un atardecer. Esas pequeñeces me hacían tan feliz…

Todo cambió cuando, en enero, me dijo que tendría que marcharse. No cuestioné su decisión, quién era yo para disponer sobre su vida, le di todo mi apoyo, apreté bien fuerte su mano y dije: aquí voy a estar para ti, hoy y siempre.

Nunca imaginé tener que enfrentarme a una relación a distancia. Confieso que no tenía mucha fe, por eso de que “ojos que no ven, corazón que no siente”. No existe un libro que te dé instrucciones de cómo llevar una relación así, lo aprendes sobre la marcha.

Aprendes a acariciar, a abrazar diferente, a ser más empática, a ver la vida de otra forma, continuamente atemorizada por la idea de perder la confianza, de imaginar qué está haciendo la otra persona, si en verdad te extraña, si en verdad te espera.

Yo no creo en cuentos de hadas, la realidad es más dura que eso, a veces también más rica. Creo en lo que siento, y sería incoherente si dijera que no tengo miedo, que me aterran las dudas.

Me disgusta saber que la distancia pueda acabar con todo, y enfriar la relación; que no seamos los mismos que se enamoraron en el aula cuando nos volvamos a encontrar. Ese peligro existe.

He admirado siempre a las personas que superan la prueba de la distancia, pero no me comparo con ellas, porque cada quien vive diferente. Confío en lo que siento, confío en Jorge; mientas exista comunicación y respeto, seguiré apostando por mi relación. Es difícil, pero lo voy a intentar.

*Escrito por Zaida Fabars

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