Mi Diario: romper los mitos

Querido diario:

Hoy quiero hablarte sobre el amor, jajajaja, es que se acerca el 14 de febrero y me gustaría rememorar mis aprendizajes. Hace unos días, mientras paseaba por el parque, vi a dos chicos sentados en un banco, riendo y compartiendo secretos. Justamente eso me hizo recordar a Lucas, ese niño tan sonriente que me enseñó que el amor debe ser un sentimiento genuino y no doloroso.

Sí, sabemos que la mayoría piensa que todo se trata de mariposas en el estómago, de la perfección, del «sin ti no puedo»; la verdad, es que no es así. Se trata de construir desde la unidad, el respeto y la lealtad, tiempo de calidad. Aprendí que el amor no es solo dulzura; a veces es un laberinto complicado lleno de conversaciones incómodas, comprensión, decisiones fuertes y necesarias.

Y no, no creas que el amor «lo puede todo» o que en su nombre se deben hacer cosas que dañen a otras personas. A veces se esconde la violencia y el control detrás del amor. Comprendí que es un viaje lleno de aprendizajes. No siempre es perfecto; a menudo es confuso y complicado, pero también hermoso. Cada relación me ha enseñado algo sobre mí misma, sobre lo que quiero y lo que no.

Así que aquí estoy, navegando por este mar de emociones, lista para amar (a mis amigas/os, a la familia, a la vida, a mis parejas) y amarme.

*Este texto es una colaboración de Lilianys Medina