Mi Diaro: Cuando priorizas a otros

Por Zaida Fabars Abreu

¡Qué difícil se me hace priorizarme! Cuando saco cuentas y analizo lo que ha sido mi vida en estos veinte años, caigo en cuenta de que nunca, nunca, he visto a través de mis ojos, sino a través de los de los demás.

Extraño, ¿verdad? Constantemente psicólogos, coaches emocionales y un sinfín de personas enfatizan en la necesidad de cuidar de nosotros mismos, de estar bien con uno, aunque eso implique no estar bien con los demás. Ahí está mi gran problema: siempre pienso en los demás y quiero estar bien con todo el mundo, por eso priorizo a otros antes que a mí.

Renuncio a mi bienestar porque, sinceramente, no lo creo importante — que está mal, lo sé; pero me cuesta romper con esa realidad, porque me preocupo mucho por el «qué dirán»: que si fui a tal lugar en vez de estar en casa; que por qué me voy a comprar algo nuevo cuando hace falta algo para la familia… En fin, mi felicidad a un segundo plano; me conformo con saber que voy a aportársela a otros si hago «lo que está bien».

Muchos me juzgan y dicen que, si ya tengo veinte años, estoy en esa situación porque quiero, porque no he sabido poner límites. ¿Y qué pasa cuando tienes miedo?, ¿qué pasa si crees que vas a perderlo todo si pones límites?, ¿qué pasa cuando tienes enraizada una educación que sustenta que priorizar a otros es más importante que priorizarte a ti?

Sé que yo soy la única que puede establecer límites sanos; límites que me permitan ser como quiero ser sin importar la opinión de los demás. La educación que recibí no puede frenar mis deseos de ser yo misma, de hacer las cosas que me apetecen. Es cierto que miedos tengo muchos, pero, si no me priorizo yo, ¿quién lo hará por mí? Creo que poner límites sanos será la base para construir mi bienestar y felicidad.