Mi Sexualidad: en silencio
Por Lilianys Medina y Ana Laura Fernández de Lara López
Lucía sufre en silencio. A pesar de las palabras de confianza que su madre siempre le brindó, ella decidió no contarle nada. Quizás la convenció el deseo de independencia o t,al vez, fue el miedo a ser juzgada. Todo la llevó hasta este punto en el que se encontró perdida ante las posibles consecuencias de sus actos: tuvo sus primeras relaciones sexuales… sin protección.
El muchacho con quien compartió la experiencia más tarde le confesó que, tras notar una erupción en la piel, había sido diagnosticado con sífilis.
Aunque sus análisis para otras infecciones de transmisión sexual (ITS) resultaron negativos, el peso del secreto la aplastaba y un sentimiento de incomprensión se instaló con fuerza en su pecho. ¿Cómo podría decirle a su madre lo que estaba sucediendo?
La sífilis es una ITS causada por una bacteria que puede infectar el área genital, los labios, la boca o el ano, y afecta tanto a los hombres como a las mujeres. Por lo general, se adquiere a través de contacto sexual con una persona portadora.
Las doctoras Pilar María Acuña, del Hospital Pediátrico de Centro Habana, y Yuslaida Pérez Oliva, del Policlínico Docente «Martha Martínez Figuera», en Mayabeque, coinciden en que es una de las ITS que más está proliferando en la población adolescente de nuestro país.
Ambas especialistas plantearon que, pese a los programas de promoción y prevención realizados, hay muchos jóvenes que no usan protección en las relaciones sexuales.
En un inicio, la sífilis puede ser sutil, manifestándose con una llaga indolora en los genitales, el recto o la boca. Además, tiene la capacidad de permanecer aparentemente curada durante años, hasta que se reactiva posteriormente en el organismo si no se trata de forma adecuada.
La sífilis es tratable en sus etapas temprana. Por eso resulta importante realizar chequeos médicos tan pronto como aparezcan síntomas, que pueden incluir lesiones en la zona genital, pérdida de cabello, dolores musculares, fiebre, dolor de garganta, fatiga e inflamación en los ganglios linfáticos.
Sin tratamiento, puede avanzar a una fase latente, donde no hay síntomas visibles, pero sigue presente y puede causar complicaciones graves a largo plazo, como daños severos en el corazón y el cerebro, e incluso la muerte.
Aproximadamente el 30% o 40% de las personas que no reciben tratamiento desarrollarán sífilis terciaria, que puede afectar esos y otros órganos.
La historia de Lucía es un recordatorio de que nadie debería tener que sufrir en silencio. Hablar sobre sexualidad no es solo sano, sino necesario. Las adolescencias y juventudes se merecen una comunicación abierta sobre su salud sexual, proceso del que deben ser partícipes tanto figuras de la escuela como del hogar. La educación y la confianza son puntos clave para generar un espacio seguro en el que niños/as, adolescentes y jóvenes puedan abordar estos temas y buscar ayuda cuando sea necesario.
