Mi Sexualidad: ¿Te conoces?
Por Marilys Zayas Shuman

Luego de esos momentos, nos gustaría tener cerca a una persona confiable a quien hacerle miles de preguntas, pero nos cuesta trabajo hablar de sexualidad con nuestros padres y madres por pena, vergüenza, falta de confianza. Lo cierto es que hay que romper barreras, pues esos primeros pasos y tu autoconocimiento garantizarán que, en un futuro, tengas una sexualidad placentera y responsable. Numerosas son las solicitudes de lectoras y lectores sobre dudas acerca de su cuerpo, por eso en este número Muchacha te propone responder algunas preguntas.

Lo primero es que, antes de enfrentarte a una relación sexual, debes conocerte, lo cual te permitirá saber qué sugerirle a tu pareja para que el placer sea mutuo. Así comprenderás que no necesariamente hay que llegar a la penetración para sentir placer, que hay disímiles formas de disfrutar de tu cuerpo.
¿Sabes qué es una zona erógena? Las partes del cuerpo que, al ser estimuladas, pueden generar una respuesta de placer o excitación sexual. Aunque toda la piel tiene terminaciones nerviosas susceptibles de ser estimuladas, algunas partes tienen más sensibilidad; esas son las llamadas zonas erógenas, como el pene, el clítoris, los labios vaginales menores, los testículos, la entrada de la vagina, la zona anal, la próstata, los pezones, los lóbulos de las orejas, el cuello, los labios, entre otras.

Aunque no todas funcionan igual para la generalidad de las personas, ya que existen preferencias individuales, es normal si no sientes tanto placer en algunas que la mayoría sí disfruta, o que tengas tus puntos más sensibles. Si quieres saber cuáles son las tuyas, o las de tu pareja, la invitación es a explorar todo el cuerpo para descubrirlas.
Una de las de mayor erotización para las mujeres es el clítoris, un órgano aparentemente diminuto que se encuentra en la vulva y que es más grande de lo que se ve, ya que sobresale solo una pequeña parte. Su única función es el placer sexual y por ello es capaz de producir muchas sensaciones agradables. Dado que se encuentra lleno de terminaciones nerviosas, es bastante sensible a los estímulos.
Sin embargo, cada mujer puede tener sus propios gustos respecto a cómo disfruta los estímulos en esa zona, por lo cual no hay una única manera de estimulación y su pareja debe estar consciente de ello.

Otra es el conocido punto G; no pocas personas dudan de su existencia, tanto en mujeres como en hombres. Es probable que, más que un punto específico del cuerpo, se trate de un área con mayor cantidad de terminaciones nerviosas y, por lo tanto, más sensible a los estímulos.
En las mujeres, esta zona estaría aproximadamente a tres centímetros de la entrada de la vagina, en la pared delantera, mientras que en los hombres se ha denominado punto G a la próstata, una glándula que produce parte del líquido que compone el semen y cuyo estímulo suele ser placentero.
Otra de las preguntas que llega a nuestra redacción: ¿por qué sentimos ganas de masturbarnos? En no pocas ocasiones, este puede ser un acto censurado, pero debes saber que el autoerotismo o masturbación es una manera más de vivir la sexualidad y de conocer tu cuerpo.
Debemos recordar que es una decisión personal compartir la sexualidad con otra persona. Por lo tanto, el deseo o libido, impulsado a través de elementos hormonales, psicológicos y socioculturales, estimula a que algunas personas disfruten y busquen el autoerotismo. Estímulos sensoriales — como la vista, el tacto o el olfato — , o estímulos internos — como las fantasías sexuales — , potencian el deseo de iniciar una actividad sexual individual o compartida.
Fuente: Manual 100 preguntas sobre sexualidad. Municipalidad de Santiago, Santiago de Chile; 2016