«Muchacha es uno de los espacios que siempre voy a extrañar y voy a tener un recuerdo muy especial»
Por Zaida Fabars Abreu
Escribir la historia de una revista es un reto, que a veces ni los más avezados se atreven a aceptar. Siempre hay espacio para hacer historia, siempre hay espacio para reconocer la labor de una revista, la cual los años han obligado a reinventarse, a abrirse paso en un escenario desconocido, pero con la certeza y la premisa de hacer en pos de la adolescencia y juventud cubanas. Así lo ha hecho Muchacha, una revista que nació para ser eterna.
El diálogo de hoy es con Jesús Muñoz Machín, periodista que por varios años formó parte de la familia de Muchacha.
«Yo tuve la oportunidad de trabajar en Muchacha entre los años 2013 y 2016, una etapa muy bonita que coincidió con mi servicio social. Un proceso de muchísimo aprendizaje donde tuve el privilegio de compartir con excelentes colegas en procesos creativos que casi siempre tenían como sello la conectividad. Redactabas un trabajo y luego también eras sometido al criterio, a las visiones, a los enfoques de esas personas que conformábamos un equipo muy unido».
Trabajar en equipo ha sido una de las premisas de la labor de Muchacha, al igual que exponer temas cruciales y controversiales que preocupan a adolescentes y jóvenes. Ser parte de la construcción colectiva de una revista que se propone acompañar a muchachas sin excluir a muchachos fue otra de las alegrías para Jesús Muñoz.
«En lo personal trabajar en la revista fue un momento especial, un momento de aprendizaje continuo donde pude descubrir una manera diferente de hacer periodismo, un periodismo centrado en los intereses y las necesidades de un público adolescente y joven, donde las muchachas tenían más voz de lo que quizás estaba presente en otros medios de comunicación de ese momento.
»El recorrido de la revista Muchacha siempre ha sido muy ambicioso porque se abordaban temas culturales, deportivos, históricos; también se hablaba de ciencia, de sexualidad. Es una revista que siempre se ha caracterizado por intentar buscar lo novedoso, lo que puede conectar con ese público joven, de muchachas y muchachos y hacerlo además desde una visión de múltiples voces».
¿Cuántas de nosotras visitábamos constantemente la biblioteca de nuestra escuela en busca de algún ejemplar de la revista? Era fascinante viajar en cada una de sus páginas y vernos representadas en cientos de historias. Si algo tenemos que agradecer al colectivo de la revista es haber estado ahí, haber llegado a disímiles centros educacionales para educar, entretener e informar. Las gracias también a ese equipo que nos regaló una revista impresa durante mucho tiempo, una revista, según expresó Jesús Muñoz Machín, «que siempre buscaba conectar con el público».
«Pudimos tener la oportunidad de que la revista impresa llegara no solo por los circuitos tradicionales, sino llevada precisamente por quienes éramos parte del equipo de Muchacha a escuelas, preuniversitarios, institutos politécnicos en la ciudad, institutos politécnicos agropecuarios y allí no solo hacer un proceso de lectura y presentación de la revista sino un debate sobre temas actuales para aquel momento que estaban siendo importantes para la población joven de nuestro país».
La escasez de papel, obligó a la revista a mutar al escenario digital y, con ello, a enfrentar los desafíos de contar historias desde el escenario hipermedial. Las historias hoy se construyen pensando en que quienes la consumen se encuentran mayormente en el ciberespacio, sobre este nuevo desafío nos comentó Jesús:
«Fue una etapa también interesante y muy conflictiva porque había debates constantes sobre si deberíamos continuar y aferrarnos a la modalidad impresa o hacer también una mutación, a darle cada vez más importancia a esos contenidos que se producen para el universo hipermedial. Recuerdo que la mayoría todavía anhelaba seguir hojeando esas páginas, el olor a tinta de una revista recién elaborada, pero de alguna manera nos estábamos dando cuenta y sentamos bases de que había que buscar también otras maneras, otros formatos, otros espacios en los cuales conectar con adolescentes y jóvenes que cada vez estaban más en el escenario de lo virtual. Yo creo que era un debate en general de la prensa en Cuba y donde Muchacha siempre buscó estar adelante dentro del escenario de los medios de comunicación cubanos».
En Muchacha también podrás encontrar historias de mujeres protagonistas de la historia de Cuba.
«Una cuestión que siempre fue un desafío era conectar el pasado con el presente, historias inspiradoras de mujeres de otras épocas que habían entregado muchísimo a la sociedad cubana y al mundo en general y que pudieran servir también de inspiración de alguna manera a las nuevas generaciones adolescentes y jóvenes».
La revista, sin duda alguna, fue una escuela para Jesús Muñoz: «Muchacha es uno de los espacios que siempre voy a extrañar y voy a tener un recuerdo muy especial».
