Muchacha, no te dejes robar el futuro
Lirians Gordillo Piña
Imágenes tomadas del informe: Perfil del matrimonio infantil y las uniones tempranas en América Latina y el Caribe

No hay manera bonita, menos directa o persuasiva de decirlo: las uniones tempranas, ya sea matrimonio o unión consensual, no te convienen. No lo digo yo, lo dicen los números e historias de vida.
Entiendo que, a veces, es difícil sentir en carne propia las estadísticas y los análisis especializados; quizá imaginarnos parte de ellos nos permita imaginar el impacto de las uniones tempranas y el matrimonio en las vidas de millones de niñas y adolescentes.
Primero empecemos por la definición; las uniones tempranas y el matrimonio infantil no son noviazgos, no es juntarse los fines de semana, compartir vacaciones o alternar incluso la residencia ocasional en una u otra casa.
Lamentablemente las organizaciones internacionales los definen por sus causas y consecuencias: “Los Matrimonios Infantiles y las Uniones Tempranas son fenómenos complejos relacionados con desigualdades de género, violencia, pobreza, abandono escolar, embarazo adolescente y marcos legales y políticas inadecuadas que roban a las niñas y adolescentes oportunidades para su presente y futuro”.
Así define UNFPA esta triste realidad que afecta a 1 de 4 niñas menores de 18 en América Latina y el Caribe. Nuestra región es la única en el mundo del mundo donde los matrimonios infantiles no han disminuido en los últimos 25 años y ocupa el segundo lugar en número de embarazos adolescentes.

Nosotras no escapamos a este problema. En 2019 contrajeron matrimonio 4752 menores de 19 años en Cuba, de ellas 918 tenían entre 14 y 17 años.
“Mi futuro lo imaginaba con un trabajo, casarme y después tener a la niña, pero ocurrió al revés. Hoy mi futuro lo imagino cuidando a la niña y de ama de casa. Tengo en planes el año que viene anotarme en un curso de los que andan por ahí a ver qué pasa. YGL, 16 años”.
Esta joven habanera, compartió su testimonio en un estudio que se acercó a las uniones tempranas y la fecundidad adolescente en el país. Matilde Molina Cintra, investigadora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem) de la Universidad de La Habana, presentó datos, análisis y testimonios sobre esta problemática como parte la presentación del Estado de la Población Mundial (UNFPA,2020).
Matilde expuso que, en el caso de las madres adolescentes cubanas, los estudios indican que la diferencia de edad de la pareja llega a ser de 8.9 años para las de 10- 14 años y de 7.3 años para las de 15 a 19 años. A menor edad mayor diferencia con su pareja.
Ese desbalance pone en desventaja a las adolescentes en relaciones de poder marcadas no solo por la diferencia de edad sino también por la cultura machista que mandata la subordinación femenina, la maternidad como ideal y el amor romántico como justificación para el control y los celos.
Uniones tempranas y matrimonio infantil vienen acompañados por el embarazo y maternidad adolescentes. En ese camino, la mayoría de las muchachas queda fuera del sistema de educación y en consecuencia disminuyen las posibilidades de tener ingresos propios.
Por ejemplo, el 84.1% de las madres adolescentes cubanas son “amas de casa” que no es otra cosa que asumir el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. La frase “ama de casa” aparenta un estatus que no se corresponde con la realidad pues el trabajo doméstico y de cuidados incluye una lista interminable de tareas: lavar, limpiar, organizar el hogar, hacer las compras para la casa, gestionar y economizar los recursos familiares, cocinar, fregar, planchar, cuidar a la descendencia y personas mayores convivientes, etc. Este es un trabajo permanente los siete días de la semana, por más de ocho horas al día sin derecho a salario, vacaciones o retiro.
Por eso, MUCHACHA, no hay manera bonita de decir esto. El matrimonio y las uniones tempranas no te convienen. Lo dicen las estadísticas y confirman las historias de vida.
¿Qué la vida es compleja y trae muchas sorpresas? ¿Qué en pleno enamoramiento más de una ha caído en los falsos cuentos de hadas y promesas del amor romántico? ¿Qué a veces casarse o unirse es una vía para salir de casa, de un control férreo o una situación doméstica muy difícil?
Ninguna respuesta es sencilla, como tampoco lo son las posibles soluciones. Pero es tu vida y tu futuro los que están en juego; o puede ser también que sean nuestras amigas, hermanas y compañeras quienes enfrenten esta disyuntiva.
A la larga, las uniones tempranas y el matrimonio infantil también afectan el bienestar de las familias, las comunidades y el país. Una niña, adolescente y joven que abandona los estudios, que es madre antes de tiempo, que se convierte en trabajadora del hogar asalariada, que se expone a la violencia de género y a la pobreza es una herida social profunda, un retroceso en derechos y un freno al desarrollo social.